Hoy vamos a refrescar un artículo publicado hace un tiempo en nuestra página, acerca del valor emocional y social que posee la comida, y el modo en que esto influye en la ingesta. A continuación, vamos a dar algunas características que distinguen el hambre fisiológico (nuestro cuerpo nos pide incorporar energía y nutrientes) del emocional (un modo de evitar confrontar nuestras emociones)
Hambre fisiológico |
Hambre emocional |
Aparece en forma gradual |
Aparece en forma repentina e impulsiva |
Posible de saciar |
Puede llevar a la sobreingesta alimentaria |
Se calma con alguna variedad de alimentos |
Necesita un “x” alimento, a modo de “antojo” |
Comer proporciona energía y nutrientes |
Comer alma una emoción (tristeza,angustia, ansiedad) |
¿Qué hacer frente al hambre emocional? Aquí es importante tener en cuenta varias cosas: uno, es preguntarnos, cuando aparece ese deseo voraz por comer, si acaso estamos respondiendo a alguna emoción o conflicto que no podemos manejar Es fundamental tener en cuenta esto ya que se puede volver un modo habitual de resolver situaciones difíciles para mi.
La educación nutricional y psicológica es fundamental para aprender a alimentarse adecuadamente, y distinguir cuándo es hambre real lo que sentimos, o cuándo esa sensación de vaciedad responde a emociones que no han sido trabajadas.
Autor: Lic. Mariana Sconfianza
Psicóloga Clínica Mat. 2939